La OMS lo confirma: Baila, canta y sé… más sano
Si alguna vez cruzó por su mente el pensamiento que bailar podría ser beneficioso para su salud… estaba en lo cierto. Así lo afirma la oficina regional en Europa de la Organización Mundial de la Salud que publicó el lunes (11/11) un informe que corrobora esa afirmación. El estudio analiza las evidencias proporcionadas por más de 900 publicaciones, la evaluación más exhaustiva sobre salud y arte realizada hasta la fecha.
Lo confirma el director regional interino de la OMS para Europa, Piroska Östlin, cuando afirma que "llevar el arte a la vida de la gente mediante actividades como bailar, cantar, ir a museos y conciertos ofrece un factor adicional sobre cómo podemos mejorar la salud física y mental".
Östlin explica que los ejemplo citados en el estudio muestran el modo en que las artes pueden tratar complicados problemas de salud como la diabetes, la obesidad y las enfermedades mentales.
El experto destaca que el estudio trata la salud y el bienestar “en un contexto social y comunitario más amplio, y ofrece soluciones que hasta ahora la práctica médica común no ha podido abordar con eficacia”.
El arte nos acompaña a través de la vida
Al mismo tiempo, el informe destaca que las artes ejercen una influencia positiva en nuestra salud durante las diferentes etapas de nuestra vida desde el nacimiento hasta la vejez.
A modo de ejemplo, se indican los beneficios de la lectura nocturna. Los niños cuyos padres les leen una historia antes de acostarse duermen más tiempo por la noche y se concentran mejor en la escuela, o que la formación en artes dramáticas entre compañeros puede ayudar a los adolescentes en áreas urbanas a facilitar la toma de decisiones responsables, mejorar el bienestar y reducir la exposición a la violencia.
También indica que, en etapas posteriores de la vida, la música puede favorecer las funciones cognitivas en personas con demencia. Así, se ha descubierto que el canto en particular mejora la atención, la memoria episódica y las capacidades de ejecución.
Binomio arte-salud
En los contextos de asistencia sanitaria se pueden emplear las actividades artísticas para complementar o mejorar los protocolos de tratamiento, mediante los siguientes métodos:
Se ha descubierto que escuchar música o practicar actividades artísticas reduce los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, entre los que se incluyen la somnolencia, la falta de apetito, la insuficiencia respiratoria y las náuseas.
Se ha comprobado que en situaciones de emergencia las actividades artísticas, como la música, la artesanía y los payasos, reducen la ansiedad, el dolor y la presión arterial, especialmente en el caso de los niños, pero también en el de sus padres.
Se ha demostrado repetidamente que bailar proporciona mejoras clínicamente significativas en las funciones motrices para las personas con la enfermedad de Parkinson.
El informe destaca que algunas actividades artísticas no sólo producen buenos resultados, sino que también pueden ser más rentables que los tratamientos biomédicos más comunes.
A su vez, pueden fomentar múltiples factores combinados que promuevan la salud, como la actividad física y el respaldo a la salud mental, y tienen un bajo riesgo de resultados negativos. También pueden ser una vía para involucrar a grupos minoritarios o de difícil acceso.
En la actualidad, varios países están estudiando planes de prescripción artística y social, en el que los médicos de atención primaria pueden derivar a sus pacientes a la realización de actividades artísticas.
Consejos para profesionales de la salud
En el informe también se esbozan las normas que deben tener en cuenta los responsables encargados de adoptar decisiones en el ámbito sanitario y fuera de él, por ejemplo:
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Garantizar en las comunidades la disponibilidad y accesibilidad de los programas artísticos relacionados con la salud
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Apoyar a las organizaciones artísticas y culturales para que la salud y el bienestar formen parte de su trabajo
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Concienciar públicamente sobre los potenciales beneficios para la salud que conlleva la participación en actividades artísticas
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Incluir las actividades artísticas en la formación de los profesionales de la salud
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Una mayor inversión en investigación