Se encuentra usted aquí

Publicado en: 18/05/2018

Unasur y la integración regional en Salud

imprimirimprimir 
  • Facebook

La creación de la Unión de las Naciones Suramericanas se basó sobre la aspiración de lograr una mayor integración regional y que esta, a su vez, resulte en que las ciudadanas y ciudadanos del Sur gocen del mayor bienestar posible, en armonía con la naturaleza, en un ambiente de paz, equidad, inclusión y justicia. No sorprende, por lo tanto, que los primeros Consejos ministeriales que se conformaron hayan sido el de Defensa y el de Salud, en un énfasis que se confirma con la fundación de dos centros de altos estudios permanentes para tratar de los temas en Buenos Aires (Argentina) y Rio de Janeiro (Brasil), respectivamente. Así nació el Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (Isags-Unasur).

Mientras los retos en términos de Defensa se enfocaron en dirimir los rezagos de desconfianza que persistían entre los países del continente desde hace siglos, en términos de Salud se los han enmarcado en la lucha en contra de la inequidad y el enfoque de la salud como un derecho. En su Plan Quinquenal, el Consejo de Salud deja evidente su intención de perseverar en una mirada amplia del desarrollo humano, es decir, de no enfocarse en la enfermedad sino en los entornos, en el medioambiente y todos los condicionantes que se interponen entre nuestros ciudadanos y el bienestar pleno. Por ende, al lado de los Sistemas y Servicios de Salud, de la Vigilancia y de los Medicamentos, figura como uno de los ejes del Plan la determinación social. Es a partir de este ambicioso documento que se han desarrollado las iniciativas de la integración en Salud.

 

Un organismo sin precedentes

Obviamente un centro de altos estudios no es exactamente una novedad. En el interior de los países existen varios, tanto públicos como privados. Sin embargo, al crear el Isags, los Ministros de Salud de Unasur diseñaron una arquitectura inédita.

Con una pequeña estructura, de alrededor 15 funcionarios, se buscó potenciar sus iniciativas vinculándolas a los Grupos Técnicos y a las Redes Estructurantes del Consejo de Salud. Los Grupos son formados por funcionarios de los Ministerios dedicados a cada uno de los ejes temáticos del Plan Quinquenal, mientras las Redes congregan instituciones congéneres en los 12 países miembros, como, por ejemplo, la Red de Institutos e Instituciones Nacionales de Cáncer (RINC).

Dicha vinculación significa que el Isags cuenta con decenas de puntos focales tanto en los Ministerios de Salud como en los más importantes centros públicos de investigación de los países de Unasur. Por un lado, ellos participan del Consejo Consultivo del Instituto, influyendo en la conformación de la agenda del Instituto; por otro, el Isags tiene un papel de inducción que dinamiza el trabajo de las estructuras de Unasur y garantiza la continuidad de las iniciativas. En un ambiente muy cambiante, por ejemplo, por las transiciones de gobierno en los países o por la rotación de los funcionarios, es importante contar con una estructura permanente como el Isags.

Desde su fundación, en su función de capacitar líderes en Salud Pública con una mirada regional, se han realizado 24 talleres y 2 cursos. Se publicaron también 13 estudios y 3 libros que, juntos, conforman una bibliografía in mercado de industrias culturalese ha financiadoes ividades de bloque y ene a nuestros stakeholders informministerios dedicados édita sobre los Sistemas de Salud de la región. Además, se crearon una serie de productos de comunicación, como esta revista mensual, nuestro sitio web y boletines semanales, que mantiene a nuestros stakeholders informados sobre las iniciativas de los Ministerios, las actividades de bloque y los temas más candentes de la Salud Global.

A lo largo de sus casi 7 años, sin embargo, se le agregó al Instituto la función de actuar como soporte sistemático del Consejo de Salud. No solo lo apoya en la organización de sus reuniones, sino que también es la entidad ejecutora de los proyectos de Salud financiados por el Fondo de Iniciativas Comunes (FIC) de Unasur.

 

Los FIC

El presupuesto de Unasur está dedicado en parte a su Fondo de Iniciativas Comunes, que ha financiado proyectos en las más variadas temáticas, como la Bienal de Artes de Unasur, estudios sobre inserción económica competitiva e infraestructura, plataformas de datos, entre otros. En el campo de la Salud, se han financiado tres proyectos de importancia transcendental para la región, dos de los cuales ya concluyeron con éxito.

Uno de ellos, el Banco de Precios de Medicamentos de Unasur  (BPMU) es quizás la herramienta de efectos más prácticos y continuos del bloque en el área de la Salud. Consiste en una base de datos de precios de medicamentos, con información comparable entre los 12 países en lo farmacológico y en lo económico que sirve de potente instrumento para la fijación de precios referenciales, establecimiento de techos de precios de medicamentos o en la negociación de precios con la industria farmacéutica.

Por diferencias de escala y también por un acceso desigual a este tipo de información, existe una grande discrepancia de precios entre los países. En un evento auspiciado por el Isags, Fiocruz y el PNUD el pasado diciembre, la representante de Suriname, Miriam Naarendorp, por ejemplo, contó el caso de la insulina por la cual su país paga mucho más que en países con mayor PIB.

La herramienta, que ya está en funcionamiento, provee a todos los países una base importantísima para mitigar dichas discrepancias, pero también un insumo fundamental para que se lleven a cabo negociaciones o hasta compras conjuntas. Una estimación que permitió realizar el sistema y que simboliza su potencial es que si los 12 países compraran las cantidades que han definido como necesarias de los 34 medicamentos actualmente incluidos para el período de un año al precio más bajo que se haya logrado en la región, se podrían generar ahorros de casi USD 1 mil millones de dólares anualmente.

Otra iniciativa que puede favorecer la producción regional, facilitar la conformación de una política regional y, además, sustituir importaciones, es el Mapeo de Capacidades de Producción de Medicamentos, que tiene previsión de concluirse hasta fines del 2018. El estudio revelará en detalle la capacidad instalada de producción de medicamentos en los ámbitos público y privado en la región.

El tercer proyecto, llevado a cabo en el ámbito de la RINC, es el Plan Regional de Acciones Integradas “Plataforma de Intercambio de Experiencias y Asistencia Técnica para Prevención y Control del Cáncer de Cuello Uterino en Suramérica”. Su elaboración contó con aportes de instituciones de alcance global, como la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC) y recoge las mejores prácticas para eliminar la enfermedad.

 

Diplomacia

El surgimiento de Unasur como actor de Salud Global marcó un hito en la diplomacia. De forma inédita, los países de Suramérica se unieron para incidir juntos sobre temas de interés común. Pese la existencia anterior de otros bloques y organizaciones regionales y subregionales en las Américas, es evidente que, por circunstancias sociales y económicas, además de la contigüidad geográfica, muchas veces los intereses de los países del Norte de las Américas, para citar un ejemplo, no son los mismos de los del Sur.

Por eso, la realización de reuniones del Consejo de Salud Suramericano previas no solo a la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), sino también al Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud y a su Conferencia Sanitaria Panamericana (CSP), además de otras cumbres, como la Conferencia Mundial de Determinantes Sociales de la Salud, se convirtió en un espacio de consensos para nuestra región, lo que se comprueba con las decenas de intervenciones comunes que se han producido a lo largo de los últimos 11 años.

Sin embargo, las conquistas de Unasur en el campo no se detienen ahí. La continuidad de las reuniones del Consejo, el funcionamiento de sus Grupos Técnicos y Redes,  además de la actuación del Isags, garantizan una preparación y capacitación permanente de los líderes en salud suramericanos.

En 2017, por ejemplo, el Isags realizó el Curso Virtual de Diplomacia de la Salud en el Contexto de la Integración Suramericana, junto a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Argentina) y a Fiocruz (Brasil). Abordando temas como la regionalización de políticas domésticas, las estructuras de gobernanza global, el derecho internacional y la relación con ONGs, fondos internacionales y fundaciones, el curso contó con 60 participantes registrados de los 12 países de Unasur y más de veinte clases dictadas por ministros y expertos de renombre global.

Siguiendo la lógica de los círculos concéntricos, funcionarios más preparados y una visión regional más bien sedimentada permiten que nuestra región gane ímpetu para expresar sus demandas ante grupos regionales más amplios, foros regionales, como la CSP y globales, como la AMS.

 

Joven, pero preparada para el futuro

Algunas críticas hacia la Unasur han sido que debería tener más ambición y presentar más resultados prácticos, algo que sin duda es deseable, pero que podría estar desconociendo la complejidad de procesos de integración basados en la soberanía y el respeto a las diferencias entre los países.

De hecho, es difícil encontrar procesos de integración que hayan producido más resultados de los que mencionamos arriba en el corto espacio de diez años. Hasta que la Unión Europea se convirtiera en lo que es actualmente, pasaron décadas entre la creación de un grupo dedicado solamente a temas siderúrgicos en 1951 y su efectivo establecimiento en 1993. La evolución de organismos como la Organización Panamericana de Salud, la Organización de los Estados Americanos, entre otros, confirma la excepcionalidad del proceso suramericano en su ambición y agilidad.

El área de la Salud no solo ha sido una gran avenida de consensos entre nuestros países, como tiene el potencial de ser un importante eje integrador en la región. Pese las circunstanciales coincidencias o disensos ideológicos que siempre estuvieron y siempre estarán presentes en un marco de respeto a la democracia y la diversidad, lograr los objetivos de desarrollo social plasmados en el Tratado Constitutivo de Unasur y los Planes consensuados en el Consejo de Salud refleja las aspiraciones existentes en cada uno de los textos constitucionales de los Estados Miembros.

En ese contexto, el camino para solucionar los problemas de la Unasur podría en efecto ser: ¡Más Unasur!