Taller fomenta el debate sobre los nuevos perfiles profesionales y las atribuciones de los técnicos sanitarios para el trabajo en la APS [1]
Como parte del plan de trabajo como Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Educación de Técnicos en Salud, la EPSJV/Fiocruz celebró, el 26 de octubre, el tercer taller del ciclo "Los desafíos de la formación de técnicos en salud durante la pandemia". En esta ocasión, el tema fue los nuevos perfiles profesionales y atribuciones de los técnicos en salud para trabajar en la Atención Primaria. La iniciativa se lleva a cabo en colaboración con la RETS y sus subredes.El evento también cuenta con el apoyo del Centro de Relaciones Internacionales en Salud (Cris/Fiocruz) y de VideoSaúde Distribuidora de Fiocruz. Participaron como debatientes María del Rocío Sáenz Madrigal, médica, sanitaria y ex ministra de Salud de Costa Rica, y el profesor-investigador de la EPSJV Daniel Groisman, especialista en la formación de trabajadores en la atención a las personas mayores y en políticas públicas de envejecimiento. La reunión fue inaugurada por José Francisco García Gutierrez, asesor regional de Recursos Humanos en Salud de la OPS/OMS. El taller fue presentado por Sebastián Tobar (Cris/Fiocruz).
Para el coordinador de Cooperación Internacional de la EPSJV, Carlos Batistella, el trabajo de los técnicos en salud, considerado estratégico para los sistemas nacionales de salud, requiere una inversión constante en políticas de profesionalización y formación continua para cualificar su trabajo con los servicios y la población. "En los últimos años, se han requerido nuevos perfiles de formación y atribuciones de estos trabajadores, ya sea por los cambios en las políticas de APS, debido a la transición en los patrones demográficos y epidemiológicos, o por los cambios en las formas de concebir la atención sanitaria en las sociedades contemporáneas", dijo.
Según Batistella, el aumento de la expectativa de vida y el envejecimiento de la población han ido acompañados de cambios significativos en la forma en que las familias acogen a los ancianos, lo que representa un reto para los sistemas de salud. "A partir del reconocimiento de los derechos y de la necesidad de cambios en las prácticas de salud, la articulación de los esfuerzos institucionales, gubernamentales y de la sociedad civil permitió el surgimiento de nuevos perfiles de trabajadores centrados en el cuidado de los ancianos, portadores de enfermedades crónicas y discapacidades, como ejemplo, los cuidadores de ancianos en Brasil y los asistentes especializados en cuidados especiales, en Argentina", señaló.
Por otro lado, destacó que la ampliación de la formación interprofesional y el trabajo en equipo multiprofesional, así como el tema de la interculturalidad, son también factores importantes para el cambio de los perfiles existentes. "Sumado a este marco, la llegada de la pandemia de Covid-19 obligó a los servicios sanitarios a reorganizar diversos procesos de trabajo. Los cambios en las rutinas y líneas prioritarias de atención, los flujos de atención y la vigilancia de los contactos, entre otras medidas, estuvieron presentes en todos los países. Esta reconfiguración, aún en curso, indica la aparición de nuevas funciones y responsabilidades que repercuten en los perfiles de formación de los técnicos sanitarios", explicó..
Para José Francisco García Gutierrez, la pandemia de Covid-19 ha intensificado situaciones que ya existían. Con la muerte de más de cien mil profesionales de la salud a lo largo de la pandemia, es necesario, según él, garantizar las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud y seguir apoyando su desarrollo en habilidades y competencias. "Todavía hay muchos países en los que la vacuna Covid-19 y los equipos de protección personal no son una prioridad para los trabajadores de la salud por parte de los gobiernos", lamentó.
En este escenario, Gutiérrez cree que los grandes saltos que hay que dar en los sistemas de salud en la próxima década se basan en cuatro puntos. El primero, según él, es la necesidad de enfocar los modelos de atención basados en la APS, el segundo es la inversión en recursos humanos y estructura, el tercero, la feminización del personal sanitario, y por último, el discurso de los Determinantes Sociales de la Salud que siguen estando presentes. "En este sentido, para avanzar en la Atención Primaria es necesario aumentar las competencias de los niveles de gobierno, con un gran compromiso político y una financiación sostenible, dando apoyo a las infraestructuras y a los recursos humanos", apuntó.
Con la pandemia, la APS se ha visto menos reforzada, aseguró el asesor de la OPS/OMS. "La mitad de la población mundial sigue sin tener acceso a los servicios sanitarios básicos y esenciales, cuando todos sabemos que entre el 80% y el 90% de las necesidades sanitarias a lo largo de la vida podrían cubrirse mediante una APS reforzada y resolutiva", explicó.
Experiencia de Costa Rica
María del Rocío Sáenz Madrigal presentó el sistema de atención primaria de salud en Costa Rica y las experiencias y desafíos que se enfrentan. Según ella, el país, que sólo cuenta con cinco millones de habitantes, tiene uno de los indicadores más altos de expectativa de vida, baja mortalidad infantil y el gasto sanitario en relación con el Producto Interior Bruto es del 9,3%. "Es importante mencionar que tenemos un sistema de salud basado en la cobertura universal y el modelo de seguridad social", dijo. Y añadió: "Lograr la cobertura universal no es cuestión de un solo año, sino de una lucha de 75 años. Hemos pasado del 3,6% de cobertura al 95%, con datos de 2015. Los últimos datos, de 2018, muestran un 92%. No hemos aumentado, pero tampoco hemos bajado del 90%. Esto está relacionado con nuestra forma de financiación, que se basa en el empleo, en las contribuciones de los trabajadores, los empresarios y el Estado".
María mencionó que en el primer nivel de atención, el país cuenta con 104 ambulatorios y 1042 equipos básicos multiprofesionales, compuestos por un médico, un auxiliar de enfermería, un técnico auxiliar de atención primaria y un auxiliar de red, que se encarga de los registros sanitarios. "La atención primaria es una estrategia con una puerta de entrada al sistema. Para que todo esto funcione, es necesario que haya una red. Estos equipos básicos reciben supervisión y formación de los equipos de apoyo de los hospitales regionales y nacionales", explicó.
En el caso del asistente técnico en atención primaria, María señaló que deben haber terminado el bachillerato, tener una formación de seis meses y, al final del curso, recibir un certificado de finalización, que es emitido por el Centro de Formación y Estrategia de la Caja Costarricense de Servicios Sociales. "Antes los formaba el propio Ministerio de la Salud, pero tras una reforma, esta función pasó a la Caixa", dijo.
Además, continuó, este asistente técnico trabaja en diversos entornos, como el comunitario, el educativo, el doméstico y el laboral. "En las visitas a domicilio, por ejemplo, se hace hincapié en la promoción de la salud, la prevención y la asistencia. Obtienen datos sobre las condiciones de vida e información sobre los miembros de la familia, que constituyen datos sobre la situación sanitaria de la familia y la comunidad. Es un enfoque integral", dijo, explicando que esta información alimenta un sistema de información que colaborará con los datos sociales, la ayuda y la toma de decisiones para nuevas políticas públicas.
Experiencia de Brasil
Daniel Groisman comenzó su intervención contextualizando el escenario brasileño. Señaló que en el país, el 72% de las personas que murieron en la pandemia eran ancianos. Además, el país comenzó a sufrir aún más las desigualdades de género, raza, clase social y generacionales, que se agravaron y agudizaron con Covid-19. "Históricamente, Brasil y América Latina tienen una baja participación a través de políticas públicas en el tema del cuidado".
En este escenario, hay algunos desafíos para la post-pandemia, según Daniel, como los efectos de la pandemia en la salud de la población, especialmente de los ancianos; y cómo debe estructurarse la APS para hacer frente a esta cuestión. "Además de la mortalidad, tenemos una serie de efectos en los que sobrevivieron, relacionados con la salud física o mental", dijo.
Históricamente, según el profesor-investigador, Brasil tiene un modelo materno-infantil que marcó la implantación de la APS. "Aunque la sociedad ha ido envejeciendo, las redes de asistencia sanitaria no han seguido necesariamente este cambio en la demanda. Trabajan en la lógica madre-bebé, preferentemente", señaló, añadiendo más retos: ¿Cómo reducir las desigualdades de género que impregnan el trabajo de cuidados? Porque las que cuidan son básicamente mujeres, y si esto se les impone, es claramente una situación que produce desigualdad en la sociedad".
Daniel también presentó algunos resultados del proyecto de investigación 'Cuida-Covid: encuesta nacional sobre cuidadores de ancianos en la pandemia de Covid-19 [4]', coordinado por él y Dalia Romero, del Instituto de Información y Comunicación Científica y Tecnológica en Salud (Icict/Fiocruz). La investigación se enmarca en el proyecto Cuidando a los cuidadores: formación continua y evaluación de las condiciones de trabajo y salud de los cuidadores de personas mayores en tiempos de Covid-19, aprobado en mayo de 2020 en la convocatoria de Ideas y Productos Innovadores - Covid-19 - Comisiones Estratégicas, del Programa Fiocruz de Fomento de la Innovación (Inova Fiocruz).
En cuanto a los cuidadores familiares, el 91,7% eran mujeres y uno de cada tres no recibía ningún tipo de ayuda para el trabajo de cuidados. "Otro punto preocupante fue la avanzada edad de las personas que cuidan a sus familiares mayores. Uno de cada cinco es también una persona mayor. Son personas mayores que cuidan de personas mayores", advirtió.
El tiempo y el esfuerzo dedicados a los cuidados han aumentado. Así, Daniel destacó que los datos indican, aunque sea de forma indirecta, los efectos de la pandemia para la población de edad avanzada. "Si los cuidadores necesitan más esfuerzo para cuidar, es porque la población mayor necesita más cuidados. Esto también indica la ausencia de políticas públicas de atención, en el sentido de que estas personas están sobrecargadas porque nuestras redes de salud no han sido capaces de ayudar a estas personas", lamentó.
En cuanto a los cuidadores remunerados, Daniel señaló que uno de cada tres trabaja con un empleo remunerado y el 30% tiene algún tipo de problema crónico de espalda: "Es decir, la mayoría trabaja de manera informal y sin protección laboral. Además, los problemas crónicos pueden convertir a una persona en un cuidador necesitado de atención".
En cuanto a algunas maneras de formación en APS, Daniel concluyó que es necesario desnaturalizar el cuidado, profesionalizándolo, y capacitando a los profesionales para realizar acciones de apoyo, orientación, acogida y formación de los cuidadores..
Sobre el Ciclo de Talleres
El objetivo de la iniciativa es crear un espacio de intercambio, reflexión, aprendizaje y formulación de propuestas a partir de experiencias concretas de cómo diferentes instituciones educativas han afrontado estos retos y alcanzado sus objetivos. La primera edición del ciclo tuvo lugar el 6 de julio y abordó el tema de las prácticas profesionalizantes, mientras que la segunda, el 31 de agosto, trató sobre el trabajo y la formación del profesorado.
Los talleres se celebran cada 45 o 60 días, en portugués y español, con una duración de dos horas. La propuesta es presentar, en cada taller, las experiencias realizadas por las instituciones que forman parte de las Redes, con el fin de permitir el debate y el intercambio entre los presentes. A partir de los temas abordados durante el debate, se definen los temas de interés para los próximos talleres..
Videos del taller:
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En portugués: https://youtu.be/CsYjFRkgbaA [5]
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Em español: https://www.youtube.com/watch?v=Ab_1a6GQa30 [6]