En el Día Mundial de la Tuberculosis, la OMS pide aumentar la inversión en los servicios y la investigación contra esta enfermedad
En el Día Mundial de la Tuberculosis, la OMS pide urgentemente inversiones, ayudas, atención e información para luchar contra esta enfermedad. Aunque se ha salvado la vida a 66 millones de personas desde 2000, la pandemia de COVID-19 ha revertido estos logros y, por primera vez en más de una década, en 2020 aumentó la mortalidad por tuberculosis. Además, los conflictos que azotan Europa oriental, África y Oriente Medio han agravado la situación que viven los grupos poblacionales vulnerables.
La inversión mundial en prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis en 2020 no llegó ni a la mitad de la meta mundial prevista para 2022, que asciende a US$ 13 000 millones anuales. Además, se necesita destinar US$ 1100 millones más a la investigación y el desarrollo. El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha señalado: «Se ha de invertir urgentemente para mejorar y ampliar el acceso a los servicios y herramientas más innovadores a fin de prevenir, detectar y tratar la tuberculosis y, de ese modo, salvar la vida a millones de personas cada año, reducir las desigualdades y evitar enormes pérdidas económicas. Estas inversiones resultan muy rentables para los países y los donantes porque aumentan la productividad y reducen el gasto sanitario».
Se ha demostrado que la inversión en los programas contra la tuberculosis no solo beneficia a las personas que presentan la enfermedad, sino que mejora los sistemas de salud y la preparación frente a las pandemias. Debemos aprovechar las enseñanzas extraídas de la investigación contra la COVID-19 para potenciar la inversión y las medidas encaminadas a agilizar el desarrollo de nuevas herramientas, sobre todo vacunas antituberculosas.
En estos momentos, debido principalmente a la falta de financiación, es posible que no se alcancen las metas previstas para 2022 en la declaración política de la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas y la iniciativa emblemática FIND.TREAT.ALL del Director General de la OMS. Entre 2018 y 2020 se trató contra la tuberculosis a 20 millones de personas, una cifra que llega solo a la mitad de los 40 millones previstos en la meta fijada para el periodo comprendido entre 2018 y 2022. Durante ese mismo periodo se administraron tratamientos profilácticos contra la enfermedad a 8,7 millones de personas, es decir, solamente el 29% de los 30 millones previstos.
La situación es incluso peor para los niños y adolescentes que padecen la enfermedad. De acuerdo con las estimaciones correspondientes a 2020, un 63% de los niños y los adolescentes menores de 15 años con tuberculosis no recibieron tratamiento o no consta que se les hayan brindado los servicios de diagnóstico y tratamiento antituberculosos que les pueden salvar la vida. Es más, esta proporción fue incluso superior (del 72%) para los niños menores de 5 años; es decir, casi dos tercios de los niños de estas edades que cumplían los requisitos para recibir tratamientos profilácticos no han sido tratados y, como consecuencia de ello, corren riesgo de contraer la enfermedad.
Por otro lado, la COVID-19 ha afectado desproporcionadamente a los niños y adolescentes con tuberculosis o que corren riesgo de contraerla, debido a que ha aumentado la transmisión en sus hogares y han tenido menos ocasiones para acudir a un centro de salud. En el Día Mundial de la Tuberculosis, La OMS pide a los países que restablezcan con urgencia el acceso a los servicios de atención a la tuberculosis para todas las personas que los necesitan y, sobre todo, para los niños y adolescentes, tras las interrupciones causadas por la pandemia de COVID-19.
La Dra. Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial sobre Tuberculosis ha dicho: «En las actividades de prevención y tratamiento de la tuberculosis se atiende menos a los niños y adolescentes que a los adultos. Las directrices publicadas hoy por la OMS deberían cambiar esta situación para que se diagnostique y se trate antes esta enfermedad en dicho grupo de edad, mejore el desenlace clínico de los pacientes y se detenga la transmisión. La prioridad ahora es generalizar con rapidez la aplicación de esas orientaciones en los países a fin de evitar el sufrimiento y la muerte que causa esta enfermedad a estos niños y jóvenes».
Se publican las directrices actualizadas sobre la atención a los niños y adolescentes con tuberculosis
Las directrices actualizadas que publica hoy la OMS incluyen nuevas recomendaciones sobre el diagnóstico, la prevención y el tratamiento centrados en el paciente:
- Se ha ampliado la realización de pruebas diagnósticas para incluir las muestras no invasivas, como las heces.
- Se recomiendan las pruebas moleculares rápidas para diagnosticar inicialmente la tuberculosis en los niños y adolescentes.
- Se recomienda tratar durante 4 meses, en vez de 6 meses, a los niños y adolescentes que presenten formas no graves de tuberculosis farmacorresistente; del mismo modo, se recomienda una pauta terapéutica de 6 meses de duración para la meningitis tuberculosa, en vez de los 12 meses aconsejados hasta el momento. De este modo, se centra la atención en el paciente y se reducen los costos para los niños, los adolescentes y sus familias.
- Se recomienda utilizar bedaquilina y delamanid, dos de los nuevos fármacos disponibles para tratar la tuberculosis farmacorresistente, en los niños de todas las edades, con el fin de que puedan tomar estos tratamientos orales con independencia de su edad.
- También se recomiendan nuevos modelos de atención integrada y descentralizada a la tuberculosis que permitirán prestar prevención y tratamiento a los niños y adolescentes más cerca de sus domicilios.
- La tuberculosis continúa siendo una de las enfermedades infecciosas más mortíferas. Cada día, se lleva la vida de más de 4100 personas y cerca de 30 000 contraen esta enfermedad que se puede prevenir y curar. Para erradicar la tuberculosis, todos los sectores deben actuar de forma concertada. En el Día Mundial de la Tuberculosis, la OMS pide que todos —individuos, comunidades, sociedades, donantes y gobiernos— pongan de su parte para lograrlo.