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Publicado en: 18/07/2023

La inmunización infantil empieza a recuperarse tras el retroceso provocado por la COVID-19

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UNICEF

Los servicios mundiales de inmunización atendieron en 2022 a 4 millones de niños y niñas más en comparación con el año anterior, gracias a que los países intensificaron sus esfuerzos para revertir el retroceso histórico en la inmunización provocado por la pandemia de la COVID-19.

Según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, en 2022, 20,5 millones de niños y niñas no recibieron una o más vacunas administradas a través de los servicios de inmunización sistemática, frente a los 24,4 millones de 2021. A pesar de esta mejora, la cifra sigue siendo superior a los 18,4 millones de niños y niñas que no recibieron vacunas en 2019 —antes de las interrupciones causadas por la pandemia—, lo que subraya la necesidad de continuar los esfuerzos de puesta al día, recuperación y fortalecimiento de los sistemas.

La vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP) se utiliza como indicador mundial para medir la cobertura de vacunación. De los 20,5 millones de niños y niñas que no recibieron una o más dosis de la vacuna DTP en 2022, 14,3 millones no recibieron ni una sola dosis: son los llamados niños “cero dosis”. Esta cifra representa una mejora respecto a los 18,1 millones de niños y niñas con dosis cero registrados en 2021, pero sigue siendo superior a los 12,9 millones de 2019.

“Estos datos son alentadores y son un tributo a quienes han trabajado con tanto ahínco para restablecer los servicios de inmunización que salvan vidas, tras dos años de descenso sostenido de la cobertura de inmunización”, ha declarado el Director General de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus. “No obstante, los promedios mundiales y regionales no reflejan la historia completa y ocultan desigualdades graves y persistentes. Cuando los países y las regiones se quedan atrás, los niños y las niñas son los que pagan las consecuencias”.

Las primeras etapas de la recuperación de la inmunización mundial no han producido resultados uniformes, y las mejoras se han concentrado en unos pocos países. Los avances en países con más recursos y elevada población infantil, como India e Indonesia, enmascaran una recuperación más lenta e incluso descensos continuados en la mayoría de los países de ingresos bajos, especialmente en lo que respecta a la vacunación contra el sarampión.

De los 73 países que registraron disminuciones sustanciales* en la cobertura durante la pandemia, 15 han recuperado los niveles prepandémicos, 24 están en vías de lograrlo y, lo que es más preocupante, 34 se han estancado o continúan disminuyendo. Estas preocupantes tendencias siguen los patrones observados en otras métricas sanitarias. Los países deben asegurarse de que están acelerando sus esfuerzos de puesta al día, recuperación y fortalecimiento para llegar a todos los niños y niñas con las vacunas que necesitan y, dado que la inmunización sistemática es un pilar fundamental de la atención primaria de salud, aprovechar la oportunidad para avanzar en otros sectores sanitarios relacionados.

La vacunación contra el sarampión —uno de los patógenos más infecciosos— no se ha recuperado tan bien como otras vacunas, lo que pone a otros 35,2 millones de niños y niñas más en riesgo de infección por esta enfermedad. La cobertura de la primera dosis contra el sarampión aumentó hasta alcanzar el 83% en 2022 desde el 81% en 2021, pero se mantuvo por debajo del 86% registrado en 2019. En consecuencia, el año pasado, 21,9 millones de niños y niñas no recibieron la vacuna de rutina contra el sarampión en su primer año de vida —2,7 millones más que en 2019—, mientras que otros 13,3 millones no recibieron la segunda dosis, un hecho que pone a los niños y niñas de comunidades insuficientemente vacunadas en riesgo de sufrir brotes epidémicos.

“Detrás de la tendencia positiva se esconde una seria advertencia”, ha comentado la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Hasta que no haya más países que subsanen las deficiencias en la cobertura de inmunización sistemática, los niños y las niñas de todo el mundo seguirán corriendo el riesgo de contraer y morir por enfermedades que podemos prevenir. Los virus como el sarampión no conocen fronteras. Hay que redoblar urgentemente los esfuerzos para poner al día a los niños que se quedaron sin vacunar, al tiempo que se restablecen y se mejoran aún más los servicios de inmunización con respecto a los niveles previos a la pandemia”.

Según indican los datos, los países que ya contaban con una cobertura de vacunas constante y sostenida en los años anteriores a la pandemia han sido más capaces de estabilizar los servicios de inmunización desde entonces. Por ejemplo, Asia meridional, que registró aumentos graduales y sostenidos de la cobertura en la década previa a la pandemia, ha mostrado una recuperación más rápida y sólida que las regiones que sufrieron caídas prolongadas, como América Latina y el Caribe. Por su parte, la región africana, que se ha quedado rezagada en la recuperación, se enfrenta a un reto adicional. Con una población infantil en aumento, los países africanos deben ampliar cada año los servicios de inmunización sistemática para mantener los niveles de cobertura.

La cobertura de la vacuna DTP3 en los 57 países de ingresos bajos apoyados por Gavi, la Alianza para las Vacunas, aumentó hasta el 81% en 2022, lo que supone un aumento considerable con respecto al 78% de 2021. A ello se suma una reducción de 2 millones en el número de niños con dosis cero que no reciben las vacunas básicas en estos países. No obstante, el aumento de la cobertura de DTP3 en los países que implementan el programa Gavi se concentró en los países de ingresos bajos y medianos, mientras que los países de ingresos bajos aún no han aumentado la cobertura, lo que da una idea del trabajo que queda por hacer para ayudar a los sistemas de salud más vulnerables a reconstruirse.

“Es increíblemente tranquilizador, después de la enorme conmoción causada por la pandemia, ver que la inmunización sistemática se está recuperando con tanta fuerza en los países que reciben apoyo de Gavi, especialmente en lo que respecta a la reducción del número de niños y niñas con dosis cero”, ha afirmado el Dr. Seth Berkley, Director General de Gavi, la Alianza para las Vacunas. “Sin embargo, de este importante estudio también se desprende claramente que necesitamos encontrar nuevas formas de ayudar a cada país a proteger a su población, ya que de lo contrario corremos el riesgo de que surjan dos velocidades y que los países más grandes y de ingresos bajos y medianos dejen rezagados a los demás”.

Por primera vez, la cobertura de la vacunación contra el papilomavirus humano (VPH) superó los niveles prepandémicos. Los programas de vacunación contra el VPH iniciados antes de la pandemia alcanzaron el mismo número de niñas en 2022 que en 2019. Sin embargo, la cobertura en 2019 estuvo muy por debajo del objetivo del 90% y esto siguió siendo así en 2022, con coberturas promedio de los programas contra el VPH que alcanzaron el 67% en los países de ingresos altos y el 55% en los países de ingresos bajos y medianos. La recién lanzada revitalización del VPH, liderada por la Alianza Gavi, tiene como objetivo fortalecer la ejecución de los programas existentes y facilitar más lanzamientos.

Numerosas partes interesadas están trabajando para acelerar la recuperación en todas las regiones y en todas las plataformas de vacunas. A principios de 2023, la OMS y UNICEF, junto con Gavi, la Fundación Bill y Melinda Gates y otros socios de IA2030, lanzaron The Big Catch-Up, una campaña mundial de comunicación y promoción en la que se pedía a los gobiernos que se pusieran al día respecto al número de niños y niñas que no fueron vacunados durante la pandemia y que restablecieran los servicios de inmunización a los niveles anteriores a la pandemia y los reforzaran en el futuro mediante las siguientes acciones:

  • Redoblar el compromiso de aumentar la financiación para la inmunización y trabajar con las partes interesadas para desbloquear los recursos disponibles, incluidos los fondos COVID-19, con el fin de restablecer urgentemente los servicios interrumpidos y sobrecargados e implementar los esfuerzos de recuperación.
  • Desarrollar nuevas políticas que permitan que las inmunizaciones lleguen a los niños nacidos justo antes o durante la pandemia y que ya han superado la edad en la que serían vacunados por los servicios de inmunización de rutina.
  • Fortalecer los servicios de inmunización y atención primaria de salud, incluidos los sistemas de salud comunitarios, y abordar los desafíos sistémicos de la inmunización para corregir el estancamiento a largo plazo de la vacunación y llegar a los niños más marginados.
  • Fomentar y mantener la confianza en las vacunas y su aceptación a través del compromiso con las comunidades y el personal sanitario.