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Publicado en: 20/09/2018

La OMS pide acciones urgentes para acabar con la tuberculosis

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El año pasado enfermaron y murieron de tuberculosis menos personas, pero los países aún no hacen lo suficiente para acabar con esta enfermedad de aquí a 2030, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque los esfuerzos mundiales han evitado desde el año 2000 unos 54 millones de muertes por tuberculosis, esta sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortal.

En el Informe mundial sobre la tuberculosis 2018 (en inglês), presentado el 18 de septiembre por la OMS en Nueva York, se pide una movilización sin precedentes de los compromisos nacionales e internacionales, y se insta a los líderes políticos a que acudan la próxima semana a la primera reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis para tomar medidas decisivas, aprovechando el impulso reciente dado por los líderes de la Federación de Rusia, India, Rwanda y Sudáfrica. Se espera que a la reunión asistan casi 50 Jefes de Estado y de Gobierno.

 «Nunca habíamos visto una atención política de alto nivel y una comprensión como la que hay ahora de lo que hay que hacer para acabar con la tuberculosis y la tuberculosis farmacorresistente», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Tenemos que aprovechar este nuevo impulso y actuar juntos para poner fin a esta terrible enfermedad».

 Para alcanzar la meta mundial de acabar con la tuberculosis para el año 2030, los países deben acelerar urgentemente su respuesta, lo que implica un aumento de la financiación nacional e internacional de la lucha contra la enfermedad. El informe de la OMS proporciona una visión general del estado de la epidemia y los desafíos y oportunidades que tienen ante sí los países para darle respuesta.

Estado de la epidemia de tuberculosis

En general, las muertes por tuberculosis han disminuido en el último año. En 2017, fueron 1,6 millones (300 000 en personas infectadas por el VIH). Desde 2000, las muertes por tuberculosis entre las personas infectadas por el VIH se han reducido en un 44%, en comparación con una disminución del 29% entre las no infectadas por este virus.

El número estimado de nuevos casos de infección tuberculosa fue de 10 millones en 2017. Dicho número está disminuyendo a un ritmo del 2% anual, aunque se han producido reducciones más rápidas en Europa (5% anual) y África (4% anual) entre 2013 y 2017.

Algunos países están avanzando más rápido que otros. Así, en África meridional la reducción anual de nuevos casos ha estado entre el 4% y el 8% en países como Eswatini, Lesotho, Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe, gracias a una mejor prevención y atención a la tuberculosis y a la infección por VIH. En la Federación de Rusia, el compromiso político de alto nivel y la intensificación de la lucha contra la tuberculosis han llevado a una disminución más rápida de los casos (5% anual) y las muertes (13% anual).

La tuberculosis farmacorresistente sigue siendo una crisis mundial de salud pública: 558 000 fue el número estimado de personas con enfermedad resistente al menos a la rifampicina, el medicamento antituberculoso de primera línea más eficaz, en 2017. La gran mayoría de ellas tenían tuberculosis multirresistente, es decir, resistente a la rifampicina y la isoniazida (otro de los principales fármacos antituberculosos de primera línea). Según las estimaciones de la OMS, una cuarta parte de la población mundial tiene infección tuberculosa.

 La respuesta a la tuberculosis: desafíos y oportunidades

Acceso a la atención y la prevención:

La subnotificación y el subdiagnóstico de los casos de tuberculosis siguen siendo un gran desafío. De los 10 millones de casos que enfermaron de tuberculosis en 2017, solo 6,4 millones fueron registrados oficialmente por los sistemas nacionales de notificación; los otros 3,6 millones no se diagnosticaron, o se detectaron pero no se notificaron, y el 80% de ellos correspondieron a 10 países, encabezados por la India, Indonesia y Nigeria.

Esta subnotificación es mucho mayor en los niños que en los adultos. En 2017 se notificaron menos de la mitad de los aproximadamente un millón de casos de niños con tuberculosis. La cobertura terapéutica es del 64% y debe aumentar al menos al 90% de aquí a 2025 para que se alcancen las metas relativas a la tuberculosis.

Para mejorar urgentemente las tasas de detección, diagnóstico y tratamiento, la OMS, la Alianza Alto a la Tuberculosis y el Fondo Mundial presentaron en 2018 una nueva iniciativa — Find. Treat. All. #EndTB n — que establece la meta de brindar atención de calidad a 40 millones de personas con tuberculosis entre 2018 y 2022.

En 2017 solo se notificaron aproximadamente la mitad de los 920 000 casos estimados de tuberculosisasociada al VIH. De ellos, el 84% recibía tratamiento antirretrovírico. La mayoría de las lagunas en la detección y el tratamiento se produjeron en la Región de África de la OMS, donde la carga de la tuberculosis asociada al VIH es más alta. Según los informes, solo una de cada cuatro personas con tuberculosis multirresistente recibió tratamiento con un régimen de segunda línea. China e India albergan al 40% de los pacientes que requieren tratamiento para la tuberculosis multirresistente, pero de los que no hay constancia que lo reciban. A nivel mundial, el éxito del tratamiento de  la tuberculosis multirresistente sigue siendo bajo (55%), a menudo debido a la toxicidad de los fármacos, que hace imposible que los pacientes sigan en tratamiento. Hace un mes, la OMS emitió una comunicación rápida sobre los principales cambios en el tratamiento de la tuberculosis farmacorresistente, basados en los datos científicos más recientes. Esos cambios deberían dar mejores resultados terapéuticos y salvar más vidas, y la OMS ya está colaborando con los países y los asociados para ponerlos en práctica.

La Organización prevé que al menos 30 millones de personas deberían poder acceder entre 2018 y 2022 a la profilaxis antituberculosa siguiendo las nuevas orientaciones de la OMS. Aunque el tratamiento preventivo de la infección latente va en aumento, la mayoría de las personas que lo necesitan aún no acceden a él. La OMS recomienda vivamente el tratamiento preventivo para las personas infectadas por el VIH y los menores de 5 años en cuyo hogar haya algún caso de tuberculosis. La OMS publicó en 2018 una nueva guía al respecto para facilitar un mayor acceso a los servicios preventivos.

Financiación para la ejecución y la investigación

Uno de los desafíos más urgentes consiste en aumentar la financiación. En 2018, las inversiones en prevención y atención a la tuberculosis en países de ingresos bajos y medios disminuyeron en US$ 3500 millones. El informe señala que, sin un aumento de la financiación, el déficit anual aumentará a US$ 5400 millones en 2020 y, como mínimo, a US$ 6100 millones en 2022. Son necesarios otros US$ 1300 millones anuales para acelerar el desarrollo de nuevas vacunas, productos diagnósticos y medicamentos.  «Es inaceptable que millones de personas pierdan la vida, y muchas más sufran diariamente de esta enfermedad prevenible y curable», dijo la Dra. Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundia

A través de una agenda de salud transformadora, la OMS está guiando las acciones nacionales y mundiales para hacer llegar la atención sanitaria a todo el mundo, en particular a quienes padecen tuberculosis, y para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal. Esto incluye el compromiso proactivo con la sociedad civil y otras partes interesadas para ayudar conjuntamente a los países a poner fin a la tuberculosis.

 Oportunidad histórica para encauzar la respuesta a la tuberculosis

La reunión de alto nivel de la ONU de la próxima semana llega en un momento crítico. Para poner fin a la epidemia de tuberculosis es necesaria una acción que vaya más allá del sector de la salud y aborde los factores de riesgo y los determinantes de la enfermedad. Los compromisos a nivel de Jefes de Estado serán esenciales para galvanizar la acción multisectorial.

 «Debemos asegurarnos de que este informe y los compromisos que escuchemos la semana próxima de los líderes de los países en la Reunión de Alto Nivel sobre la tuberculosis se conviertan en acciones», dijo el Dr. Eric Goosby, Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Tuberculosis. «También es importante que logremos que nuestros dirigentes rindan cuentas por las acciones que prometan llevar a cabo, y que nosotros nos responsabilicemos por mantener la presión para que cumplan sus promesas».

 En junio de este año, la Oficina del Presidente de la Asamblea General, con el apoyo de la OMS, la Alianza Alto a la Tuberculosis, la sociedad civil y otras partes interesadas, organizó una audiencia interactiva con la sociedad civil como paso preparatorio fundamental hacia la reunión de alto nivel. La OMS sigue colaborando estrechamente con la Oficina del Presidente de la Asamblea General en los preparativos de la Reunión de Alto Nivel del 26 de septiembre, con la sociedad civil y los asociados.

La Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la lucha contra la tuberculosis tendrá lugar el 26 de septiembre de 2018 (www.who.int/UNHLMonTB/). La precedió la Conferencia Ministerial Mundial sobre cómo Terminar con la Tuberculosis (Moscú, 16-17 de noviembre de 2017), que dio como resultado compromisos de alto nivel de casi 120 países para acelerar la respuesta final a la tuberculosis expresada en la Declaración de Moscú para poner fin a la tuberculosis.